Luego del episodio en donde Silvia le practicó sexo oral, Antonio se propuso llegar a consumar el acto sexual que durante años había soñado tener con esa mujer que siempre pareció estar distante e indiferente a sus insinuaciones. Era el momento y la oportunidad. Silvia se sentía desatendida por el marido, y había dado el primer paso. Le juró que era la primera vez que había engañado a su esposo y no quería continuar para no arrepentirse, pero Antonio no iba a darse por vencido hasta no conseguir su propósito.

Pese a su insistencia para encontrarse a tomar un café, Silvia se negaba con distintas evasivas, conciente de las pretensiones de Antonio pues se imaginaba que de aceptar la invitación no encontraría argumentos para hacerlo desistir de sus propósitos. Se sentía indefensa ante la personalidad avasallante de Antonio y no quería serle infiel a su marido.

Fueron meses de tenaz insistencia, hasta que ocurrió lo previsible. Silvia llevaba a su esposo a una audición de radio donde lo dejaba y dos horas y media después lo pasaba a buscar.

Antonio sabiendo del tiempo que disponía, esperó a que lo dejase en la radio y la buscó a la salida. Ante la insinuación para tomar un café no se pudo negar. Parecía que sabía de la discusión que había tenido con Hugo esa mañana por la desatención para con ella y finalmente despechada aceptó.

Silvia dejó el auto estacionado y subió al de Antonio. Este miró el reloj y con una sonrisa cómplice le dijo”Tenemos tiempo aunque no todo el que yo quisiera”. Se dirigió a un hotel alojamiento a escasas cuadras de la radio. Silvia intentó disuadirlo pero Antonio estaba decidido e hizo caso omiso de las protestas y los argumentos expuestos y se introdujo en la cochera del hotel.
“Hace años que no concurro a un lugar como éste”, fueron las primeras palabras de Silvia cuando cerraron la puerta de la habitación, “Desde que estaba de novio con Hugo”, agregó. A Antonio poco le importaba, estaban solos. La tomó en sus brazos y buscó su boca. Se besaron apasionadamente y Antonio trató de quitarle torpemente la ropa.

“Por favor déjame ir al baño y vuelvo”, susurró Silvia, “No quiero arrugar el vestido”.

Mientras Silvia iba a desnudarse, Antonio se quitó la ropa, y de solo pensar que iba a ser suya su miembro se endureció. Era grueso y debía medir unos 22 centímetros. El prepucio se corrió y dejo al descubierto el glande rojo vinoso. Las venas ingurgitadas por la sangre dejaban ver una verga lista para penetrar a su amante. Palpitaba y tomándola con su mano, le practicó un ligero masaje haciendo más notable su dimensión.

Silvia apareció y quedó perpleja al ver el miembro de Antonio. “Es enorme mi vida, hace años que no tengo relaciones y no lo voy a poder soportar”. “Mi rajita está cerrada y no la visitan desde hace mucho tiempo”, dijo con un mohín.

“Estas hermosa, tu cuerpo es maravilloso”, exclamó mientras se acercaba. Se besaron nuevamente y Ella lentamente se arrodilló y acariciando los testículos introdujo la verga dentro de su boca. Apenas le cabía. Antonio le tomó la cabeza y la aproximó a su pelvis. El movimiento al engullirla le provocó arcadas al ponerla en contacto con la garganta y al eyacular la atragantó. Lo que no tragó escurrió por la comisura de los labios de Silvia que se movía como poseída.

Finalmente Antonio la levantó, la tomó en sus brazos y la depositó en la cama. Silvia había perdido toda la compostura. Se miró en el espejo del techo y abrió sus brazos y sus piernas invitándolo a poseerla. Estaba arrebolada y acarició sus tetas pequeñas y firmes pellizcando los pezones oscuros que se endurecieron y apuntaron a Antonio que se reclinó y comenzó a besarlos y lamerlos alternativamente. Sus cuerpos se reflejaban en el espejo y los besos y las caricias hacían que la calentura fuese mayor.

Antonio la colocó de espaldas en el borde de la cama y le abrió las piernas. La vulva cubierta por un rizo ensortijado se veía húmeda, y más cuando Antonio arrodillado se encargó de darle placer. Su lengua recorría la raja deteniéndose en el clítoris que mordisqueaba y arrancaba gemidos y jadeos. Silvia se retorcía de placer hasta que tuvo su primer orgasmo. “Siii, sigue así mi vida, que rico”,”mmmmhhhh, mmmmhhhh, me corro mi dios, aaaaaaahhhhh”, “Cuanto tiempo sin gozar de estas caricias”, “Me voy mi vida aaaaaaaahhhhhhaaaayyyhh”

Habían disfrutado ambos al haberse corrido, pero eso solo era el principio.

Luego de recuperarse, abrazados y con las piernas entrelazadas, comenzó Antonio con manoseos acariciando la vulva e introduciendo sus dedos en la raja encharcada por los jugos pringosos que fluían de la vagina. Silvia tomó entre sus manos la verga y comenzó a masturbarla. Rápidamente estuvieron en condiciones de consumar el acto sexual, eso que desde hacía tanto tiempo deseaba Antonio, y porque no Silvia.

Silvia de espaldas y con los muslos separados, esperó con ansiedad y casi con desesperación la visita de ese miembro enorme que la iba a hacer gozar. Antonio de rodillas entre sus piernas, le aproximó la verga y acompañándola con la mano comenzó a jugar con la raja y el clítoris pasándola de arriba abajo y viceversa mientras elogiaba su cuerpo y su vulva generosa. El vello pubiano ocultaba la entrada a esa vagina profunda y capaz de recibir el tributo de Antonio. La verga palpitaba al insinuarla y retirarla para hacer más deseable la cópula.

Silvia no pudo contenerse y arqueando el cuerpo le imploró que la penetrase. “Por favor no me hagas sufrir”, “La necesito dentro mío para apagar la calentura que me consume”. “Quiero esa pija enorme aunque me duela”, fue su ruego sin medir las palabras.

Antonio no pudo resistirse y lentamente le introdujo la verga hasta los testículos. Eran los únicos testimonios del aparato sexual que quedaron fuera de la vagina. Parecía mentira que los 22 centímetros hubiesen cabido en esa rajita que parecía a priori tan estrecha. Silvia, alta y delgada poseía una concha generosa. Habituada a masturbarse con velas y aparatos que la consolaban durante sus largos períodos de abstinencia no podía compararse con lo que estaba viviendo. Esto era diferente, la calentura la desbordó. Se abrazó con sus piernas a la cintura de Antonio, y mientras Él le besaba y mordía los pezones, comenzó a hamacarse haciendo un mete y saca frenético que terminó en un orgasmo ruidoso donde se mezclaron palabras de amor y de placer, que coincidieron con la eyaculación de Antonio que regó de semen las entrañas de Silvia.

Concluyeron con un beso apasionado, y luego de bañarse juntos, mientras se enjabonaban, Antonio le propuso repetir el encuentro agregando la “exploración” que faltaba.

Ya casi habían pasado las dos horas. Se apresuraron y luego de componerse ante el espejo se retiraron del hotel, Silvia temía que su esposo e diese cuenta y cuidó hasta los mínimos detalles.

Llegaron con el tiempo justo. Antonio la dejó a dos cuadras, y Hugo jamás sospechó de esa tarde que Silvia le había sido infiel aprovechando el tiempo en que él disfrutaba de su audición.








3 Comentarios

Comentarios de los lectores


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1 ) Enviado por: Hypersexual el 30/08/2018 a las 19:06:14

Con todo respeto, me tomé el atrevimiento de darle unos toques a tu relato.

"Al fin Tuve a mi Vecina"

...Era Otoño, mi época preferida. Cuando subía las escaleras rumbo a mi apartamento, venía bajando ella, mi vecina, con su característica seriedad y su buen gusto en el vestir. Llevaba un vestido café, chaqueta y una bufanda de colores. Debo aclarar que ambas somos amas de casa y llevamos mas de 3 años como vecinas...

Pero ese día fue especial pues ella me dijo que quería invitarme un café. Acepté desconcertada, pues no hablaba tanto conmigo. "Cuando deje a los niños en la escuela paso a tu casa". -Contesté. Ella sonrió y dijo: "Te esperaré". -y le dije: "Qué más da, ¿quieres ir con migo?, anda". -Ella contestó: "¡Claro!; por qué no, vamos".

En el camino me contó que su esposo la habia engañado y que estaba triste. -Le dije: "Calma, así son ellos, no hay nadie que no lo haga hoy en día. Hazle lo mismo, en Internet conocerás chicos o chicas, jajaja!". Entonces me dijo: "Sí, hay que probar cosas nuevas... ¿Tú has estado con alguna mujer?". -"¿Yo?". "Claro que no, en realidad solo bromeaba" -Respondí. ..."Pero sí me gustaría probar" -Bromeé. ...Entonces hizo lo que no esperaba, puso su mano en mi pierna y me puso nerviosa... "Hay que hacerlo cómo, ¿en el carro? -le pregunté. "No". Vamos a mi casa" -Respondió.

No sentí ni cómo manejé hasta casa con sus manos acariciando mi entrepierna... Cuando subíamos las escaleras, no me pude contener y le agarré una nalga; se sonrió y dijo: "¡Me calientas!"... Al entrar a su casa me puso contra la puerta y empezó a besarme el cuello mientas sus manos trataban de llegar a mi muy húmeda vagina, y yo ahí, sin poder moverme. Entonces mis manos empezaron a acariciar sus pechos y sus muy redondas nalgas y me sentí muy ardiente; empecé a quitarle la ropa. ...Entonces ya no era ella era yo quien no aguantaba las ganas de tomarla y cogérmela toda.Y así le rompiéndole el vestidito, le agarré los pechos y puse mi boca en su muy mojada vagina. Era como si ya me estuviera esperando... Le metí mi lengua succionando sus jugos y me encantaron sus gemidos pidiendo más. La volteé y le di unas nalgadas, la puse de rodillas e hice que me lamiera la toda la vagina; le agarré los pechos y le dije: "Ahora eres mía, así que date vuelta", y le metí mi lengua en su ano. Gritó tan excitada que mientras le chupaba su ano, mis manos exploraban sus pechos y su vagina hasta que me dio más y más jugos.

Estuvimos haciéndolo casi toda la mañana hasta que acabamos de tan cansadas que estábamos. Lo mejor, es que hice todo lo que miraba en aquellos videos de Lesbianas en Internet y aún sigo cogiendo con mi vecina.



Voloración de la obra: 5

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2 ) Enviado por: Hypersexual el 30/08/2018 a las 19:06:14

Hola Fantaciakles,

Como ya lo comenté, me gustó mucho tu experiencia, y si lo deseas, aunque no soy una eminencia, yo te ayudo un poco en la redacción y la ortografía.

Tal vez tu idioma natal no es el Español, pero con gusto y sin compromiso alguno, me gustaría darte una mano.

Espero recibir tu respuesta... Ya tengo la versión de tu relato con el manejo de la redacción recomendable.

Sinceramente:
Hypersexual.

Voloración de la obra: 4

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3 ) Enviado por: Hypersexual el 21/03/2018 a las 19:06:14

¡Me gustó mucho tu relato mujer!...

Muy corto pero tal y como te llegó a tu puño.
Voy a buscarte más seguido dentro de este rubro que me llena las pupilas... y algo más.

Voloración de la obra: 4

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