Fabiola

Pasó que Fabi me llamó a la oficina y me dijo que quería hablar conmigo... Nunca me imaginé qué era tan importante como para llamarme a la oficina y pedirme que la viera en la cafetería donde nos juntábamos siempre las locas del grupo y nosotras dos...

Fabi es una mujer a la que le he confiado mis encantos y desencantos de prácticamente toda mi vida, misma quien me confiaba sus penas en busca de una guía o de un consejo, por considerarme más que su jefa, una amiga incondicional que fue mi brazo derecho durante más de diez años, pero quien tuvo un detalle que me hizo disgustar fuertemente, cuando tuvo un descuido que me hizo descubrir que tenía contacto con un galán que me pretendía y a quien le aconsejaba cómo tratarme para que yo lo aceptara en mi vida...
Eso no fue lo malo, lo grave fue que al sospecharlo yo, le pregunté si se escribía con él y me lo negó; de hecho ambos me lo negaron, y aunque no había nada entre ellos, la idea de que me lo negaran me hizo "caer en pantera" y decirle hasta de lo que se iba a "morir" ... A él también le reclamé, pero a él aún lo amo -o amaba tanto- que se la pasé.
Resulta que a ella no, y la despedí, dejó de ser mi abnegada asistente, aunque de vez en vez nos veíamos en la Universidad donde trabajábamos, y sobretodo, en los eventos de campaña política que manejábamos tan intensamente.

El caso es que nos seguíamos viendo y seguía procurando mi bienestar, aleccionando a sus suplentes para que me llevaran mi desayuno, atendieran mis llamadas, y demás de las muchas cosas que ella hacía y que no dejaba de hacer aún entre bambalinas.

Esa mañana, me citó pues, en esa cafetería, a una hora en que nadie habría por tan temprana hora de aquél Jueves que era... Me salí de mi oficina como a las tres y la alcancé ahí. Ya estaba sentada en nuestra mesa favorita; la noté extremadamente nerviosa y muy arregladita, pero hasta sus manos temblaban mientras sorbía el café de su taza...
Yo seguía tratándola de "muñeca", "corazón", y todas esas palabras que se dicen de cariño cuando alguien ha sido tu confidente por tantos años y como entre las mujeres nos tratamos.
Le pregunté que qué era eso tan importante que no podía esperar y la pobre, luego de decirme lo linda que me había vestido, se soltó en sollozo tras sollozo que no la dejaban decir palabra... Y me la soltó.

Me dijo que no podía más guardarlo en su corazón... Me dijo que estaba enamorada de mí y que la perdonara que me lo dijera; que no esperaba nada, pero que quería, como casi todos los días de nuestra cercanía, dejarlo salir porque yo había sido más que una madre, más que una hermana, más que una amiga... Y se soltó en un intenso llanto que me conmovió mucho.
La tomé de la barbilla le levanté su carita llena de lágrimas y le dije que seguramente se trataba de un espejismo, que su reciente ruptura con el mequetrefe que la había embarazado y su reciente aborto involuntario la tenían muy sensible, y que ahora con lo que había pasado entre nosotras la tenía así, muy confundida y necesitada de apapachos.

No paraba de llorar y cuando al fin pudo articular palabra, me aseguró que no, que nada de eso era tan significativo como lo que por tantos años calló y nunca se atrevió a decirme por el respeto que me tenía como su mentor y como su jefa... Que me amaba... y que quería decírmelo para liberar esa presión que la había tenido muy inquieta desde hacía mucho tiempo, hasta que se botó el tapón.
Yo quedé "frickeada", pasmada por su confesión. Ciertamente habíamos estado en situaciones algo íntimas luego de que después de algún exceso de copitas me llevara a mi casa -tenía llave de mi casa-, me ayudara a subir escaleras y hasta me desvistiera, me metiera a la ducha, para luego acostarme en mi cama y hasta me masajeara los pies; pero jamás obtuve un indicio de que me quisiera tocar de más o nada que se le pareciera... Se iba hasta que me quedara dormida y hasta el día siguiente me contaba la historia de lo que había pasado... Incluso cuando tuve mi aventura con la Canadiense pudo haberse aprovechado, pero entonces caí que era por éso, por un amor genuino que la hacía hasta espantarme a todos los tipetes que se me acercaban...

Pero no lo podía o quería aceptar... Fabi me inspiró mucha ternura y le pedí que se calmara, que si quería, fuéramos a mi casa para que no la vieran llorar, y se relajara.
Fabi aceptó y no pensé en otra cosa que esperar a que se tranquilizara... Así que salimos y nos fuimos a mi casa.
Todo el trayecto se mantuvo entre llantos y sollozos y ya no decía palabra. Ya en casa le serví un poco de vino y nos sentamos en la sala, la abracé y volvió a su llanto irrefrenable.
Yo la quiero casi como a una hija y por tanto así la trataba, le acariciaba y secaba sus mejillas; y fue en una de esas, que tan cerca como estábamos, que se acercó aún más, aproximó sus labios y me besó.
No podía rechazarla -o no quería- respondí a su beso y sentí algo en mi cuerpo que no sé explicar... De los besos pasamos a las caricias por todo el cuerpo y la intensidad de nuestra cercanía me hizo que la tomara de la mano y la guiara hasta mi recámara, donde nos dejamos caer en la cama con una desesperación y unos jadeos que me prendieron sobremanera.

Estaba con una mujer, estaba con Fabi, pero su pasión no me dejó adentrarme en esa idea porque sus manos me acariciaban por todos lados, por todo el cuerpo y por todos los rincones...
Fabi me estaba llevando a un mundo que aunque no me era desconocido, me estaba haciendo lubricar y sentirme muy mojada; deseosa de que no se detuviera y de querer sentir mi cuerpo desnudado por esa pasión que nunca pareció masculina, por el contrario, muy de mujer.
Fabi lloraba y lloraba, repetía que me amaba y dejó de tutearme para decirme muchas veces "Te amo!", "Te amo!", Te amo!"...
Fabi me empezó a quitar la ropa y yo excitadamente dejaba que lo hiciera, pero boté ataduras y también la desnudé. Besamos nuestros senos y los chupamos con mucha fruición. Parecíamos una mujer en espejo porque donde me tocaba, yo la tocaba, me besaba y la besaba, me chupaba y la chupaba.

No me había fijado, Fabi tiene un cuerpo casi casi inmaculado, tan bajita como yo; su tes morena contrastaba con la mía tan pálida y el binomio resultaba muy erótico.
Tener a todo lo largo de mi cuerpo esa piel que se sentía tan caliente me provocaba mucha más excitación y ninguna de las dos parecía pensar más allá de lo que en ese momento estábamos disfrutando... Me gustó, me gustó mucho esa entrega y entonces supe que no solo había un deseo lésbico en ella por mí; sentí ese amor que tanto me repetía y me hizo languidecer en ocasiones hasta dejar que sus manos, que sus brazos, y que sus dedos me exploraran por donde le placiera. Y después, su lengua.

Bajó, bajó y bajó... Mis palpitaciones se escucharon conforme se iba acercando; bajó hasta mi sexo y su lengua hizo un trabajo en mi clítoris, que ya quisiera una mujer que un hombre le hiciera... No sé si Fabi ya habría tenido una experiencia así, pero sin duda que sabía cómo y dónde llegar para hacerme retorcer y desear que nunca parara. Jamás deseé un pene que me penetrara, solo quería que me besara y me lamiera como lo estaba haciendo, porque me estaba llevando a tener orgasmo tras orgasmo. Hubo un momento en que mi corazón se me quería salir por la excitación y ni yo misma sabía si podría soportarlo, así que la tomé con delicadeza y me bajé al nivel de su cara para besarla muy jugosamente... Tenía que recomponerme y para hacerlo, fui yo ahora quien bajó hasta su sexo y quise imitar lo que me estaba haciendo tan deliciosamente; creo que lo logré porque jadeaba, gemía y se movía sin control, gritaba y apretaba mi cabeza contra su sexo como queriéndome meter en su vagina.

Era temprano, mi hijo no regresaría de su campamento hasta el Domingo y no tenía temor de que descubriera a su madre en tan comprometedora escena...
Así que continuamos sobándonos, besándonos, tallándonos, lamiéndonos y encimándonos frente a frente y hasta espalda con espalda, por no decir nalgas contra nalgas... Como nunca estaba yo disfrutando así de mi cuerpo ni de otro cuerpo. Los hombres deberían de conocernos más; la auto satisfacción los limita a considerarnos como receptáculos o como entes cuya obligación es hacerles sentir placer en sus miembros...

Quedé muy satisfecha con todo lo que que hicimos... El tiempo entonces voló en cada embate y cuando sentimos que ya no podíamos, cuando el maratón se había recorrido, nos dimos un regaderazo tan exquisito como la incursión en la cama... El agua y el jabón al resbalar hacían lo suyo y el sentir del tacto incursionó por otros placeres.

Pero me regresó la cordura, el agotamiento me hizo reaccionar y cuando despertamos de un leve sueño al que caímos, le dije que nos teníamos que ir, le dije que por ningún motivo era conveniente que lo que había pasado trascendiera... y le dije que no se iba a repetir, aunque por mis adentros me arrepentía de decirlo porque seguramente alguna vez lo desearía.
Pero mi carrera, mi posición en la Universidad y en la política no me permitían arriesgarlo por nada. Ya Fabi había saciado su deseo, ya se había desahogado y no creí conveniente en pensar que se volviera a dar. Ella estuvo de acuerdo y me agradeció haberla hecho tan feliz por tantos años y por tan increíbles horas... Que no pretendía pedirme que la recibiera de nuevo en su puesto, y que regresaría a Jalisco, donde tomaría la rienda del negocio familiar.

De alguna forma esa declaración fue un alivio para mí, porque no sabría si podría ser tan fuerte, como para no pedirle que nos viéramos otra vez.







3 Comentarios

Comentarios de los lectores


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1 ) Enviado por: Hypersexual el 30/08/2018 a las 19:06:14

Con todo respeto, me tomé el atrevimiento de darle unos toques a tu relato.

"Al fin Tuve a mi Vecina"

...Era Otoño, mi época preferida. Cuando subía las escaleras rumbo a mi apartamento, venía bajando ella, mi vecina, con su característica seriedad y su buen gusto en el vestir. Llevaba un vestido café, chaqueta y una bufanda de colores. Debo aclarar que ambas somos amas de casa y llevamos mas de 3 años como vecinas...

Pero ese día fue especial pues ella me dijo que quería invitarme un café. Acepté desconcertada, pues no hablaba tanto conmigo. "Cuando deje a los niños en la escuela paso a tu casa". -Contesté. Ella sonrió y dijo: "Te esperaré". -y le dije: "Qué más da, ¿quieres ir con migo?, anda". -Ella contestó: "¡Claro!; por qué no, vamos".

En el camino me contó que su esposo la habia engañado y que estaba triste. -Le dije: "Calma, así son ellos, no hay nadie que no lo haga hoy en día. Hazle lo mismo, en Internet conocerás chicos o chicas, jajaja!". Entonces me dijo: "Sí, hay que probar cosas nuevas... ¿Tú has estado con alguna mujer?". -"¿Yo?". "Claro que no, en realidad solo bromeaba" -Respondí. ..."Pero sí me gustaría probar" -Bromeé. ...Entonces hizo lo que no esperaba, puso su mano en mi pierna y me puso nerviosa... "Hay que hacerlo cómo, ¿en el carro? -le pregunté. "No". Vamos a mi casa" -Respondió.

No sentí ni cómo manejé hasta casa con sus manos acariciando mi entrepierna... Cuando subíamos las escaleras, no me pude contener y le agarré una nalga; se sonrió y dijo: "¡Me calientas!"... Al entrar a su casa me puso contra la puerta y empezó a besarme el cuello mientas sus manos trataban de llegar a mi muy húmeda vagina, y yo ahí, sin poder moverme. Entonces mis manos empezaron a acariciar sus pechos y sus muy redondas nalgas y me sentí muy ardiente; empecé a quitarle la ropa. ...Entonces ya no era ella era yo quien no aguantaba las ganas de tomarla y cogérmela toda.Y así le rompiéndole el vestidito, le agarré los pechos y puse mi boca en su muy mojada vagina. Era como si ya me estuviera esperando... Le metí mi lengua succionando sus jugos y me encantaron sus gemidos pidiendo más. La volteé y le di unas nalgadas, la puse de rodillas e hice que me lamiera la toda la vagina; le agarré los pechos y le dije: "Ahora eres mía, así que date vuelta", y le metí mi lengua en su ano. Gritó tan excitada que mientras le chupaba su ano, mis manos exploraban sus pechos y su vagina hasta que me dio más y más jugos.

Estuvimos haciéndolo casi toda la mañana hasta que acabamos de tan cansadas que estábamos. Lo mejor, es que hice todo lo que miraba en aquellos videos de Lesbianas en Internet y aún sigo cogiendo con mi vecina.



Voloración de la obra: 5

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2 ) Enviado por: Hypersexual el 30/08/2018 a las 19:06:14

Hola Fantaciakles,

Como ya lo comenté, me gustó mucho tu experiencia, y si lo deseas, aunque no soy una eminencia, yo te ayudo un poco en la redacción y la ortografía.

Tal vez tu idioma natal no es el Español, pero con gusto y sin compromiso alguno, me gustaría darte una mano.

Espero recibir tu respuesta... Ya tengo la versión de tu relato con el manejo de la redacción recomendable.

Sinceramente:
Hypersexual.

Voloración de la obra: 4

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3 ) Enviado por: Hypersexual el 21/03/2018 a las 19:06:14

¡Me gustó mucho tu relato mujer!...

Muy corto pero tal y como te llegó a tu puño.
Voy a buscarte más seguido dentro de este rubro que me llena las pupilas... y algo más.

Voloración de la obra: 4

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